El Alfatercio añora los besos del Paraiso, aquellos que se entretenían en llegar a su destino pero que sucumbian cargados de matices y sensaciones, dejando las penas para menos gratas andaduras. Sabe que se recoge lo que se siembra y que no hay mal que cien años dure. Y no piensa dejar esos ojos que se encontró al lado de una rosa.
3 comentarios:
El Alfatercio merece ser Feliz y Amado , de otra manera sucumbiría ante las espinas de esa rosa ...Y esos ojos alumbrarán su camino para evitarle algún inesperado tropiezo.
Un abrazo grande desde Argentina al Alma feliz que me deleita leyéndolo.
Ali
Probablemente el mejor bálsamo para cualquier herida, sea cual fuere su origen.
Habrá que conjugar a ser curandero y herido.
Besos
Sabio y sensible es el Alfatercio.
Nunca le falten esos ojos.
Abrazos.
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