lunes, 19 de mayo de 2008

Esos desencuentros...

El Alfatercio se olvidó de hablarse a si mismo y creyó que no estaba con él. Visitó a la Princesa del Reino de Bessaya y ésta, gracias a la sabiduria acumulada en sus duras travesias por la vida, le dio sabias instrucciones al respecto. Lo condujo por estrechos pasadizos y le puso pruebas tremendas como mirarse a un espejo y al final concluyó con una serie de aforismos que le hicieron ver la real y cruda realidad. El Alfatercio se sentó debajo de un roble, abriendo su corazón y agradeciendo su sinceridad a la bella princesa, se dijo: "Aquí y ahora, eso es todo." Para que más y para que menos.

1 comentario:

libertad dijo...

La vida está llena de encuentros y desencuentros. Y los desecuentros nos enseñan a valorar más los encuentros (el aquí y el ahora, pero tomando aire)
Un beso fuerte Alfatercio