

El Alfatercio habla con sus amigas las gaviotas para que le sirvan de mensajeras de sus anhelos.
Y ellas diligentes dejan sus misivas cariñosas en cualquier sitio donde se encuentre su destinataria.
Prudentes vuelven y le cuentan sobre el brillo que han visto en sus ojos y entonces el Alfatercio duerme tranquilo agradeciendo la suerte que tiene.
2 comentarios:
interrumpiendo
esos coloquios
con tus gaviotas
paso,te leo
me recreo y
te dejo mis besos!
Qué bonito
es sentirte
como yo te
siento!
♥♥♥besos♥♥♥
Una preciosidad.
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